Martillando tablas y uniendo los clavos dramáticos de la vida se llega al carro escénico del arte teatral. Pero hay que saber usarlo, adivinar sus necesidades y aumentar sus espacios. Y es eso lo que Florencio ha alcanzado; no es fácil ser actor y establecer las redes de la fantasía en un enigmático volumen escénico. La máscara del arte del drama exige evolución y dimensión; esta es la razón que lo ha movido a probar la dirección, el circo y la actuación. Entregamos el Premio Cóndor a Florencio Urbano, por su incansable trabajo de 25 años en la tablas escénicas. Florencio ha logrado traspasar las fronteras del teatro creando y recreando personajes y nuevas formas. El es un personaje múltiple.
