Amigo Raúl, un gran abrazo
Feliz cumpleaños !!!
El blog de la generación 1969 del Liceo Parroquial El Buen Pastor de Macul
Nos embarcamos el día viernes 15 de agosto desde Caleta Chinquihue, lugar donde tiene su embarcadero la empresa de Constantino Kochifas Cárcamo.
Luego de tomar posesión de la cabina compartida, un cotelé de bienvenida, amenizado por los mas variados tragos y picoteos.
Acto seguido, un almuerzo "pantagruélico", con variedad de carnes, pescados y mariscos tanto en su concha, como desconchados, acompañados ciertamente de caldos sabiamente seleccionados para el efecto; (para no ser iterativo, este cuadro se repitió durante toda la travesía, a excepción del domingo al almuerzote de despedida).
Al pesar de la persistente lluvia, al comienzo del este periplo y un moderado viento del Noroeste, la navegación y el clima estuvo de primera.
El primer desembarco se produjo en la pequeña isla de “Mechuque”, cuya población no supera las 200 personas, por cuanto el desembarco y el regreso demandó más tiempo que el recorrido de este singular villorrio, que cuenta con un museo, que es digno de conocer, no por lo magnificente de su estructura ni por la variedad de su muestra, sino que por lo que nos enseña de la idiosincrasia de sus habitantes y de su envidiable simpleza de vivir la vida.
Con su cantarina forma de hablar, te atrapan por su simple filosofía, sin quejas, solo dando gracias a Dios por haberles dado ese maravilloso paraíso donde viven sin los avatares que nos agobian en la vida “civilizada”.
De regreso a la motonave, lo social, compartir en breves instantes años de lejanía y recuerdos de esa juventud que solo queda en eso, los recuerdos, los cuales sin alguna duda, te revitalizan el corazón y el espíritu, planificando aceleradamente el … ¿¿Cuándo nos vamos a juntar de nuevo??
La necesidad que surge en la diversidad, que, volviendo a la particular realidad de cada uno, queda rebotando en las paredes de la emoción de volver a verse.
Miles de anécdotas, recuerdos, bromas, silencio por los que ya han partido, ceremonias cargadas de fetichismo sano, nos remontan al momento de recibir de nuestros padres el grado universitario que nos califica para ejercer una profesión, hace ya 30 años en el caso mío.
Una noche de karaoke que fue mutada por el grupo en canturreo con guitarra hasta altísimas horas de la madrugada, afortunadamente, al día siguiente tuvimos en suerte en desembarcar en las termas de la Isla de Llancahué - Fiordo de Quintupeu, donde hay una lobera a la entrada del canal y donde se ocultó el barco de guerra alemán Dresden durante la I Guerra Mundial.
Durante este travesía, y por las circunstancias, no dejaba de pensar en nuestra longeva amistad, que sin duda alguna, por lo longeva, tiende a cansarse, a achacarse, pero me di cuenta que el reencuentro es el mana tan esperado, me encantaría poder vivir un reencuentro después de cuarenta años de existencia, vinculados por una experiencia común, como los chilotes, por la dádiva divina de haber compartido ese paraíso en nuestra formación humanista y cristiana, que sin duda dio mas que ricos frutos.
En honor a vuestro aguante, creo que las palabras ya son mas que suficientes.
Un abrazo fraterno para todos y cada uno de uds.